¿Qué es un zombie? ¿Es lo mismo que un muerto viviente? Parece que se pueden usar indiscriminadamente ambos términos, pero esto no es así. Ni todos los zombies son muertos vivientes, ni todos los muertos vivientes son zombies.
En primer lugar, los zombies, en el uso estricto estrictísimo de la palabra, no son realmente muertos vivientes, porque no son muertos, son humanos vivos pero reducidos, preferiblemente mediante magia vudú, a un estado semicatatónico que les convierte en seres desprovistos de voluntad. En un sentido más amplio, el término “zombie” se hace extensivo a los muertos que vuelven a la vida. Pero cuidado, sólo bajo unas condiciones determinadas. Por ejemplo, el zombie ha de ser un muerto más o menos reciente, y ha de conservar restos de carne, aunque ésta puede estar ya putrefacta. Tiene que tener un característico movimiento tambaleante acompañado de arrastramiento de los pies. No puede procesar ideas complicadas, ni tener una voluntad propia que vaya más allá de lo instintivo. Y por supuesto, el buen zombie se alimenta de carne humana, pero nunca si proviene de otro zombie, aunque este sea el muerto más reciente del barrio. Esto puede ser debido a una especie de conciencia racial zombie, o yo que sé.
Por eso no podemos equiparar automáticamente zombie y muerto viviente (o “no-muerto”, tomado literalmente del inglés “undead”), ya que la categoría de muertos vivientes es más amplia, abarcando seres como los esqueletos vivientes, los “retornados” tipo Freddy Kruger o Spawn, las momias, los vampiros, y algunos espectros con corporeidad fuerte (esto último no sólo es una parida, sino que además es discutible). El monstruo de Frankenstein no es considerado muerto viviente, ya que no es estrictamente un muerto sino un re-vivo (ídem con el anterior paréntesis).
Dicho esto, pasaremos a analizar muy superficialmente la evolución del Zombie a lo largo del pasado Siglo XX, para lo cual daremos un salto en el tiempo y en la pantalla hasta el siguiente post.
En primer lugar, los zombies, en el uso estricto estrictísimo de la palabra, no son realmente muertos vivientes, porque no son muertos, son humanos vivos pero reducidos, preferiblemente mediante magia vudú, a un estado semicatatónico que les convierte en seres desprovistos de voluntad. En un sentido más amplio, el término “zombie” se hace extensivo a los muertos que vuelven a la vida. Pero cuidado, sólo bajo unas condiciones determinadas. Por ejemplo, el zombie ha de ser un muerto más o menos reciente, y ha de conservar restos de carne, aunque ésta puede estar ya putrefacta. Tiene que tener un característico movimiento tambaleante acompañado de arrastramiento de los pies. No puede procesar ideas complicadas, ni tener una voluntad propia que vaya más allá de lo instintivo. Y por supuesto, el buen zombie se alimenta de carne humana, pero nunca si proviene de otro zombie, aunque este sea el muerto más reciente del barrio. Esto puede ser debido a una especie de conciencia racial zombie, o yo que sé.
Por eso no podemos equiparar automáticamente zombie y muerto viviente (o “no-muerto”, tomado literalmente del inglés “undead”), ya que la categoría de muertos vivientes es más amplia, abarcando seres como los esqueletos vivientes, los “retornados” tipo Freddy Kruger o Spawn, las momias, los vampiros, y algunos espectros con corporeidad fuerte (esto último no sólo es una parida, sino que además es discutible). El monstruo de Frankenstein no es considerado muerto viviente, ya que no es estrictamente un muerto sino un re-vivo (ídem con el anterior paréntesis).
Dicho esto, pasaremos a analizar muy superficialmente la evolución del Zombie a lo largo del pasado Siglo XX, para lo cual daremos un salto en el tiempo y en la pantalla hasta el siguiente post.
3 comentarios:
Creo que aquí, y no en el anterior post, entra mejor mi pregunta de... ¿por qué el esqueleto es mejor que el zombie según los dados en casi todos los juegos conocidos?
A ver... ¿quién tiene más carne, eh? ¿quién da más miedo? ¿quién tiene mayor consistencia?
La salida escolástica de venirnos con que la magia nigromántica que despierta esqueletos es superior a la magia que anima zombies nunca me convenció. ¿y a vosotros? ¿qué opináis?
Esta es una pregunta muy interesante, yo también me la he hecho en alguna ocasión. Animar con magia nigromántica un esqueleto tiene que ser más difícil que animar un zombie, ya que el zombie todavía puede aprovechar algún tendón o algún músculo para tenerse en pie, mientras que el esqueleto necesita magia para todo, hasta para mantenerse de una pieza, así que lo de la magia más fuerte para unos que para otros puede tener su razón. De todas formas, creo que por mucho que se intente explicar mediante magias nigrománticas distintas y cosas así, la respuesta nunca será satisfactoria. Creo que la verdadera respuesta está fuera del propio mundo fantástico, está en el origen moderno de ambos monstruos. El zombie de Heroquest/Warhammer está inspirado en el modelo de "La noche de los muertos vivientes", la horda tambaleante, torpe y descerebrada. Sin embargo, el referente más importante de los esqueletos vivientes son las películas de Ray Harryhausen, especialmente las de Simbad, en las que los esqueletos eran ágiles espadachines que rivalizaban con el héroe de turno. Supongo que estos dos modelos eran los que estaban en la mente de los creadores del juego, y los quisieron introducir como tales.
Eso convence más, sin duda. De nuevo el cine. Por no olvidar la escena de Jasón y los argonautas, con los esqueletos... Si, son dos monstruos distintos. Pero al igua que mucha gente, me pasó que los conocí casi de primeras por el Heroquest, y claro... las dudas son las dudas jeje.
También es cierto que tras el periplo del Heroquest todos nos imaginábamos películas mejores ¿no? o al menos alguna obra maestra con tinte gótico para los zombies, y luego nos enteramos de que no la ha habido. La imaginación de un niño puede superar cualquier película de este género. Yo, por ejemplo, tenía una colección de cromos de películas de terror y efectos especiales, cada cromo era una película. Sin haberlas visto, ya pensaba por el fotograma que Drácula de Lee o Frankestein de la Universal serían la rehostia. Y bueno, hoy dia em gustan, pero no me impresionan como imaginé que lo harían, son otra cosa... Y no es que critique el cine de terror (que si... pero sería entrar en otro tema), no hablo de dar más o menos miedo, o ser más o menos truculentas, sino ese toque antiguo y cutre en ellas que, sinceramente, no me esperaba... tanto tiempo viendo esos fotogramas inertes, les imaginaba una movilidad y colores, una música y atmósfera mucho más sugerentes.
Perdona por la chapa.
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