Hoy me he levantado con el pie marxista. No con el de luchador de clase o esas cosas, no, no, con el pie marxista sesudo, el de los historiadores-economicistas infraestructurales-superestructurales, y me he propuesto hacer un rápido, y un poco pobre, esbozo sobre cómo está el “sistema capitalista mundial”. La verdad es que la cosa está calentita. Otras tumbas se agitarán de un momento a otro, no sólo la de Hegel. La economía mundial se va a ir a la mierda, y Adam Smith se llevará las manos a la cabeza, Marx se reirá de todos nosotros, y Keynes se revolverá. Los dólares no valen nada, y seguir con ellos es una cagada. Pero deshacerse de ellos sería una cagada mayor, económicamente hablando, ya que si todas las reservas de dólares salen al mercado, USA se hunde hasta el fondo, arrastrándonos a todos (opción recomendada para suicidas posrománticos, idealistas revanchistas, e irredentos trostkistas de los de acción-reacción).
El petróleo está casi a cien dólares barril (¡¡¡Cien dólares barril, y en 1998 estaba a once dólares!!!), y cualquier conflicto en zonas sensibles podría dispararlo hasta los ciento cincuenta, o los doscientos, o quién sabe. La OPEP ya ha dado señales de aviso: el dólar es una birria, y los petrodólares en consecuencia también lo son, por lo que habría que destituir al billete verde de su trono de moneda de transacción “oficial”, y poner en su lugar una “canasta” de divisas, fundamentalmente euros y yenes. Si os acordáis, una de las últimas medidas que tomo Saddam Hussein fue cambiar los dólares por euros, lo cual pasó más o menos inadvertido ante la opinión pública, más preocupada por buscar armas de destrucción masiva. El caso es que aquella decisión económica precipitó la invasión angloamericana. Qué podrida es la geopolítica ¿verdad?, cambiamos dólares a euros, y claro, Alemania y Francia se oponen a la invasión. ¿O alguien pensaba que Chirac y Schröder eran unos adalides del pacifismo altruista? No, el pacifismo interesa cuando es, valga la redundancia, interesado. Siria también ha pasado toda su economía a euros, e Irán (sancionado económicamente por USA, y con reservas de petroleooo...) lo acaba de hacer recientemente a una bolsa combinada de euros y yenes. Venezuela, otro petrolero importante, ya ha dado los primeros avisos (por cierto, si ocurre “algo” en Venezuela próximamente, que no se diga que ha sido por sorpresa... interesados aquí y aquí). Otro caso curioso es el de Sudán (petróleo, oro, tungsteno, cinc, gas...), también metido en sanciones económicas hasta el cuello, total, para que USA quede como un imbécil al ver que los chinos han aprovechado las sanciones para colarse ellos en la economía sudanesa y coparla.
Pero a lo que iba, que ahora mismo la economía de USA (la más importante del sistema, y de la que dependemos todos en mayor medida) es un mero castillo naipes. Su déficit interno es brutal, su deuda pública es astronómica, y la crisis hipotecaria ha podrido el concierto bancario (El CityBank está cadáver, por mucho que la reserva federal intente resucitarlo saltándose todas sus propias normas de no intervención, y algo parecido hemos visto en Gran Bretaña con el Northern Rock...). Los entendidos empiezan a hablar de “estanflación”, palabro con el que nos tendremos que ir familiarizando, y que básicamente significa inflación+recesión, dos términos que si por separado no son buenos, juntos son peores. Claro, a todo esto hay que sumar infinidad de factores, como el encarecimiento global de los alimentos, sobre todo de los cereales, las fugas de capital especulativo de un sitio a otro sin ningún control (¡¡Tasa Tobin ya!!), o las deslocalizaciones y el dumpin social.
Básicamente, la cosa está así: USA es el gran comprador, y China el gran vendedor. Como tales, se necesitan mutuamente, aunque también compiten por ser los mayores devoradores de materias primas. Sin embargo, la situación económica global, con el dólar en el centro, es como el “Tozudo”, aquella simpática mula cabreada a la que hay que ponerle toda suerte de aperos colgando sin que lo mande todo a tomar por saco al mínimo sobresalto. Yo, por mi parte, como hoy tengo el día no sólo económicomarxista, sino también muy destructivo, me consuelo, o más bien me recreo, con estas estrofas de La Polla Records:
El petróleo está casi a cien dólares barril (¡¡¡Cien dólares barril, y en 1998 estaba a once dólares!!!), y cualquier conflicto en zonas sensibles podría dispararlo hasta los ciento cincuenta, o los doscientos, o quién sabe. La OPEP ya ha dado señales de aviso: el dólar es una birria, y los petrodólares en consecuencia también lo son, por lo que habría que destituir al billete verde de su trono de moneda de transacción “oficial”, y poner en su lugar una “canasta” de divisas, fundamentalmente euros y yenes. Si os acordáis, una de las últimas medidas que tomo Saddam Hussein fue cambiar los dólares por euros, lo cual pasó más o menos inadvertido ante la opinión pública, más preocupada por buscar armas de destrucción masiva. El caso es que aquella decisión económica precipitó la invasión angloamericana. Qué podrida es la geopolítica ¿verdad?, cambiamos dólares a euros, y claro, Alemania y Francia se oponen a la invasión. ¿O alguien pensaba que Chirac y Schröder eran unos adalides del pacifismo altruista? No, el pacifismo interesa cuando es, valga la redundancia, interesado. Siria también ha pasado toda su economía a euros, e Irán (sancionado económicamente por USA, y con reservas de petroleooo...) lo acaba de hacer recientemente a una bolsa combinada de euros y yenes. Venezuela, otro petrolero importante, ya ha dado los primeros avisos (por cierto, si ocurre “algo” en Venezuela próximamente, que no se diga que ha sido por sorpresa... interesados aquí y aquí). Otro caso curioso es el de Sudán (petróleo, oro, tungsteno, cinc, gas...), también metido en sanciones económicas hasta el cuello, total, para que USA quede como un imbécil al ver que los chinos han aprovechado las sanciones para colarse ellos en la economía sudanesa y coparla.
Pero a lo que iba, que ahora mismo la economía de USA (la más importante del sistema, y de la que dependemos todos en mayor medida) es un mero castillo naipes. Su déficit interno es brutal, su deuda pública es astronómica, y la crisis hipotecaria ha podrido el concierto bancario (El CityBank está cadáver, por mucho que la reserva federal intente resucitarlo saltándose todas sus propias normas de no intervención, y algo parecido hemos visto en Gran Bretaña con el Northern Rock...). Los entendidos empiezan a hablar de “estanflación”, palabro con el que nos tendremos que ir familiarizando, y que básicamente significa inflación+recesión, dos términos que si por separado no son buenos, juntos son peores. Claro, a todo esto hay que sumar infinidad de factores, como el encarecimiento global de los alimentos, sobre todo de los cereales, las fugas de capital especulativo de un sitio a otro sin ningún control (¡¡Tasa Tobin ya!!), o las deslocalizaciones y el dumpin social.
Básicamente, la cosa está así: USA es el gran comprador, y China el gran vendedor. Como tales, se necesitan mutuamente, aunque también compiten por ser los mayores devoradores de materias primas. Sin embargo, la situación económica global, con el dólar en el centro, es como el “Tozudo”, aquella simpática mula cabreada a la que hay que ponerle toda suerte de aperos colgando sin que lo mande todo a tomar por saco al mínimo sobresalto. Yo, por mi parte, como hoy tengo el día no sólo económicomarxista, sino también muy destructivo, me consuelo, o más bien me recreo, con estas estrofas de La Polla Records:
Si todo va a acabar,
gratis lo voy a ver,
Si todo sigue igual
yo también seguiré.
gratis lo voy a ver,
Si todo sigue igual
yo también seguiré.
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