miércoles, 28 de noviembre de 2007

HEGEL, el Absoluto



Hegel, el eterno revenant, el que siempre vuelve... HA VUELTO.


"Expertos de todo el mundo debaten sobre la influencia de Hegel en el pensamiento contemporáneo"

Hegel vuelve desde la tumba, una vez más. Mis compañeros de fatigas y yo mismo pudimos comprobar que Hegel tiene tumba. Está en Berlín, en la zona norte del Mitte, en Scheunerviertel (¿Se escribe así?). Algún día el facultativo de magia y el monje paleotomista con los que me adentré en aquel sombrío cementerio prusiano mostrarán las imágenes sobrecogedoras de nuestro encuentro cara a cara con el Absoluto. La lluvia azotaba nuestras caras, y para cuando nos dimos cuenta estábamos solos entre lápidas ajadas y hierba oscura. Nos costó encontrarle, pero al final dimos con él... Bueno, con él, y con Fichte, y con Brecht, y con Marcuse... Jo, vaya tumba más risible la de Marcuse, por cierto. Creo que las palabras exactas de nuestro mago-camarógrafo hacia el malogrado frankfurtiano"Herbie" fueron "Jajaaaa, si era tan listo tan listo, ¿por qué está tan muerto tan muertoooo?". Bueno, sacrilegios aparte, desde aquí recomiendo a todos los que estáis pensando en dar una vuelta por Berlín, no dejéis de pasaros por el cementerio de "Dorotheenstädtischenfriedhof", de nombre sencillo, ya se ve, y una vez allí comprobad si la tierra ha sido removida recientemente.
Nunca se sabe.

1 comentario:

Raúl dijo...

Los monjes usamos de muchos rituales diarios. Esto nos sirve, aparte de la fragua de un modo de vida, para no olvidar. A veces no hace falta la teología con una buena misa.

En el hegelianismo se da algo parecido, sólo que sus seguidores, sabios de ojos claros y pelo blanco (el más conocido es Leslie Nielsen) no necesitan de rituales. Aparte de las sagradas escrituras (La Fenomenología Del Espíritu) cuentan unicamente con la Imagen de Georg Wilhelm Friedrich Hegel. Ellos están acostumbrados, probadlo si queréis. Os invito a que miréis su imagen con atención, esos ojos glaucos y profundos, insensibles al tiempo... Su imagen volverá a vosotros. No la olvidaréis. No la olvidaréis nunca. Nunca.